Trabajo previo
Comprender el problema en cuestión
El primer paso del proceso es comprender el problema que debe abordarse. Diferentes tipos de problemas o desafíos requieren diferentes respuestas de solución. Comprender el problema correcto conducirá a la solución correcta, lo que garantizará que se resuelvan los puntos débiles.
Identificando el objetivo
Una vez que se ha identificado la lista de problemas o desafíos, el siguiente paso es identificar el propósito real de realizar la actividad. Es necesario comprender las complejidades de estos desafíos para decidir QUÉ se evaluará. Tener objetivos claros ayudará a determinar los resultados esperados de la actividad. Esto también conducirá al desarrollo de criterios de evaluación que se pueden utilizar para medir la eficacia y el éxito de la actividad.
Identificación de partes interesadas
El proceso participativo debe diseñarse con todas las partes interesadas, teniendo en cuenta los objetivos y el contexto. Todas las partes interesadas clave deben participar en los pasos o fases de un proceso participativo, incluidas las personas que brindan información, las personas afectadas, las personas que tomarán medidas y las que apoyan la causa. Las partes interesadas específicas pueden participar de diferentes maneras en diferentes pasos o fases del proceso. Identificar a las partes interesadas apropiadas y cómo involucrarlas son preguntas que los diseñadores de procesos deben responder. Los objetivos de la actividad también pueden ayudar a identificar el papel y la naturaleza del compromiso de las partes interesadas. Por ejemplo: la validación de un problema y su solución potencial puede involucrar a personas que se ven directamente afectadas por el problema, mientras que descubrir la viabilidad de la solución potencial puede requerir expertos en la materia o formuladores de políticas. Esta fase también incluiría la colaboración con otras organizaciones y expertos en la materia para capitalizar las fortalezas de cada uno para planificar el proceso que conduzca a la solución correcta. Esto también implica buscar voces no escuchadas y crear espacios seguros que les permitan ser escuchadas. A menudo, las personas tienen menos voz en las decisiones sobre sus vidas que se ven más afectadas por el uso de los métodos. Una buena forma de identificar a algunas de las partes interesadas es responder las siguientes preguntas:
¿Quién podría verse afectado (positiva o negativamente) por el problema de desarrollo que se abordará?
¿Quiénes son los “sin voz” por quienes se deben hacer esfuerzos especiales?
¿Quiénes son los representantes de los que probablemente se verán afectados?
¿Quién es responsable de asegurarse de que se logre el objetivo final?
¿Quién puede hacer que lo que se pretende sea más efectivo a través de su participación o menos efectivo por su no participación o su oposición abierta?
¿Quién puede aportar recursos financieros y técnicos?
¿El comportamiento de quién tiene que cambiar para que el esfuerzo tenga éxito?
Configurando el contexto
Los procesos participativos permiten interacciones complejas entre contextos, aspiraciones y estrategias de base, estructuras institucionales e intervenciones empresariales. Las partes involucradas en la planificación y ejecución de actividades similares deben asegurarse de que estos procesos se ajusten al contexto en el que se desarrollan. El contexto general puede incluir amplias características y tendencias sociales, demográficas, políticas, tecnológicas, físicas y de otro tipo en el entorno de una organización. Mientras que el contexto específico puede referirse a aquellas partes del entorno de tareas de la organización que son directamente relevantes para el logro de los objetivos de la organización, incluidas las partes interesadas clave, los mandatos aplicables, la disponibilidad de recursos, etc. Evaluación del ajuste adecuado El siguiente paso es evaluar si llevar a cabo un proceso participativo puede ayudar a resolver un problema específico o agregar valor que conduzca a la posible solución. En muchos casos en los que solo se requiere retroalimentación cuantitativa, existe la posibilidad de que realizar una encuesta simple sea una mejor alternativa, por ejemplo: averiguar la cantidad de casos de Covid-19 o la cantidad de farolas instaladas en una calle en particular. Por otro lado, se debe preferir un proceso participativo si el resultado esperado de la actividad es cualitativo o una combinación de cualitativo y cuantitativo, por ejemplo: ¿cómo controlar los efectos secundarios de una pandemia o cómo se puede mejorar la iluminación de una calle? En general, se debe buscar la participación cuando se requiera o cuando sea la única o la más eficaz forma de obtener uno o más de los siguientes: información necesaria, apoyo político, legitimidad o desarrollo ciudadano.
Evaluación del ajuste adecuado
El siguiente paso es evaluar si llevar a cabo un proceso participativo puede ayudar a resolver un problema específico o agregar valor que conduzca a la posible solución. En muchos casos en los que solo se requiere retroalimentación cuantitativa, existe la posibilidad de que realizar una encuesta simple sea una mejor alternativa, por ejemplo: averiguar la cantidad de casos de Covid-19 o la cantidad de farolas instaladas en una calle en particular. Por otro lado, se debe preferir un proceso participativo si el resultado esperado de la actividad es cualitativo o una combinación de cualitativo y cuantitativo, por ejemplo: ¿cómo controlar los efectos secundarios de una pandemia o cómo se puede mejorar la iluminación de una calle? En general, se debe buscar la participación cuando se requiera o cuando sea la única o la más eficaz forma de obtener uno o más de los siguientes: información necesaria, apoyo político, legitimidad o desarrollo ciudadano.
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